La creación del programa Argo responde a la necesidad de entender y predecir el clima, considerando al océano como pieza clave. Tras años de desarrollo, este programa internacional basado en boyas a la deriva, se ha consolidado como elemento fundamental en la estrategia integral del Sistema de Observación Global del Océano.
Este ambicioso objetivo se lleva a cabo a través del despliegue de un conjunto de aproximadamente 4000 boyas perfiladoras. Una vez se sumergen, permanecen más de una semana a la deriva a una profundidad de 1000 m. Transcurrido dicho período de tiempo, descienden hasta los 2000 m de profundidad y comienzan seguidamente el ascenso a la superficie, midiendo en su camino de subida los campos que permiten determinar el estado físico del océano, principalmente temperatura, salinidad y presión. Una vez en superficie, los datos son enviados vía satélite, disponiéndose en tiempo real de las estructuras de temperatura y salinidad de las capas superiores e intermedias de los océanos -una imagen del estado del océano cada diez días-.
Argo está impulsada por la Organización Meteorológica Mundial (WMO), la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (IOC), el Consejo Internacional para la Ciencia (ICSU), programa de las Naciones Unidas del Medio Ambiente (PNUMA). Si bien su implementación es una colaboración internacional y por lo tanto los acuerdos que llevaron a su creación dan cobertura científica, y avalan la calidad del proyecto, pero no la financian en sí. Los países interesados en participar son los responsables de contribuir a la implementación del programa a través de la financiación de sus programas nacionales, sin que exista una directriz acerca de cómo deban ser las contribuciones nacionales, a excepción de la disposición libre de los datos y la calidad de estos.
Asociado a la red Argo existe un conjunto de mecanismos, comités y centros virtuales, que llevan a cabo todas las tareas relacionadas con los datos. Abarcando desde su adquisición vía satélite hasta su publicación, en un plazo inferior a 12 h. Entre ellos destacan el Centro de Información Argo, el Comité Científico, el Comité de Gestión de Datos, así como los centros globales de adquisición de datos (más información en la seccion Usando los datos Argo). Todo el personal que realiza esta labor, también se financia a través de las contribuciones nacionales.
El nombre de Argo surgió inicialmente como el acrónimo de Array of Real Geostrophic Oceanography. No obstante, hace referencia a la mitología griega, concretamente al viaje de Jasón junto a los argonautas, a bordo el barco denominado Argo. Jasón a su vez es la denominación que se da a la misión que engloba los satélites que obtienen datos del nivel del mar. Jason y Argo se complementan tal y como sucede en la mitología.
La red de observación Argo nació en 2001, pasando a ser una de las componentes clave del Sistema Global de Observaciones del Océano. Tiene como objetivo concreto, proveer una descripción cuantitativa del estado de los 2000 metros más superficiales del océano cada 10 días y de las estructuras de variabilidad espacio-temporal, desde meses a décadas, incluyendo los flujos y almacenamientos de calor y agua dulce.
La red de observación Argo recoge datos a un ritmo 20 veces superior en comparación con los métodos oceanográficos tradicionales.
Actualmente, la red cuenta con aproximadamente 4000 perfiladores, distribuidos con una boya cada 3º de longitud y 3º de latitud. Teniendo en cuenta que la vida media de estos perfiladores es de 4 años, se requiere de un despliegue anual de unos 750 perfiladores.
El interés de la comisión europea por las actividades relacionadas con la observación de la tierra y la alta calidad científico tecnológica de la red Argo, llevó a la contribución europea a la red Argo a ser incluida a finales de 2006 dentro de la hoja de ruta redactada por el Foro Estratégico Europeo sobre Infraestructuras de Investigación. Así, Euro – Argo se plantea como la contribución europea al mantenimiento de esta infraestructura, estimándose en un tercio del total de la red de boyas Argo en base al peso del PIB Europeo en el PIB Mundial, lo que supone el despliegue de 250 boyas al año.